“Era un lunático, con la niñez tierna, reflexiva, de miradas fijas a la luz, del niño lunático, con la adolescencia apasionada en que el lunático crea los tipos de mujer más bellos, y después, cuando ya se acerca la madurez en que el lunático se precipita en el lunatismo de luces enloquecidas y de señales luminosas entrecruzadas, es el viajero, el que dirige unas ...